La Billetera digital se presenta, desde hace un tiempo como la modalidad que apunta a generar una serie de beneficios a los clientes, por una parte; y a generar un real desafío e impacto (positivo) para los retails. Este modelo que reemplazará la tarjeta tradicional por tarjetas digitales insertas en los smartphones o teléfonos inteligentes, ya arroja cifras más que optimistas para el mundo comercial.
Un ejemplo de ello son las estimaciones de Juniper Research que indican que para este año, a nivel mundial, este mercado crecerá un 40 por ciento; mientras que para el próximo se contempla en cerca de US$ 670.000 millones de tráfico de compras bajo esta modalidad; es decir, más del doble respecto al año 2013.
En Chile, en tanto, los montos de transacciones en el ámbito del e-commerce están en alza evidente. Junto con Brasil, Chile se ha transformado en uno de los mercados más prolíferos en la compra online, gracias a su alto uso y nivel de tecnología, infraestructura y, por supuesto, gracias a la incorporación de proveedores que permiten una mayor seguridad y experiencia en este ámbito. Y como muestra, sólo basta revisar las cifras que arrojó la jornada 2015 del CiberDay: recaudación de nada menos que US$ 66,5 millones, un 55% más respecto al año 2014.
En este escenario, la llegada y uso de la Billetera Digital es todo un desafío. Las herramientas están, la cultura de compra online está cada vez más dispuesta a incorporar nuevas experiencias de compra y, los retails cuentan con una promesa cierta de aumento en sus ventas. Es más, ya existen algunas empresas (especialmente bancarias) que han incorporado el sistema de Billetera Digital en la oferta para sus clientes, que a través de sus propias aplicaciones -aún ligadas al único operador para la realización de estas transacciones-, dan un paso hacia la incorporación de este sistema de compra.
Pero, ¿qué es lo que falta para un desarrollo concreto y diversificado de la Billetera Digital en Chile? ¿En qué nivel estamos y qué proyecciones de crecimiento tenemos? ¿cuáles son las experiencias exitosas de este sistema en Europa y cómo se puede visualizar en Chile? ¿Cuál será el impacto en las ventas que podrían tener en el Retail nacional?