El derecho al olvido en los buscadores se estableció el año pasado para los países miembros de la Unión Europea por el Tribunal de Justicia. Con este derecho, un ciudadano puede solicitar a los buscadores que retiren su nombre de los resultados de búsqueda.
Aunque no se limita a Google, debido a que posee el 90% del mercado europea de buscadores casi todo el peso de la medida a recaído sobre él.
Después de un rifirrafe entre Google y la Comisión Europea, se adivirtió a Google que la aplicación de este derecho debía ser a nivel mundial. Ahora mismo sólo se eliminan a los ciudadanos en los resultados mostrados en países de la Unión, con lo que el derecho al olvido y su objetivo se queda en papel mojado.
Google creó un grupo de asesoramiento sobre este derecho al olvido, y ahora confirma uno de sus directivos que no se va a aplicar fuera de Europa. El motivo no es otro que se trata de un concepto europeo, ni siquiera un derecho del ciudadano, y por tanto no tiene por qué aplicarlo en el resto del mundo.
Son curiosas estas palabras por que por ejemplo el derecho a la libertad de expresión no es un derecho en algunos países del mundo, y sin embargo creo que convenimos todos en que se debería aplicar en todas partes. ¿Quién decide qué es un derecho, Google o los tribunales? ¿La ONU? ¿El ejecutivo de turno de una corporación? La aplicación del derecho al olvido tiene un gran vacío legal al respecto y es de donde vienen los problemas.
Hasta ahora Google ha retirado de las búsquedas 733.000 páginas solicitadas por 202.000 ciudadanos, el 60% del total de solicitudes.