La evolución tecnológica no deja indiferente ningún aspecto de nuestra vida, y menos si ese aspecto tiene que ver con una relación social.
El mercado de las App, ha visto como últimamente han surgido numerosas aplicaciones relacionadas con las citas. Algunas están diseñadas de una manera más discreta, otras proponen a sus usuarios que sugieran un plan para que alguien se apunte. Hay algunas que aprovechan la tecnología para simplificar el proceso integrando la geolocalización u otras aplicaciones sociales ya existentes para aprovechar las relaciones previas, como Facebook y Twitter, algunas incluso, echan mano de la estadística.
Sin embargo, ninguna ha conseguido estar entre las 100 aplicaciones más descargadas de la App Store en sólo un año.
Y es que ¿qué hace a Tinder tan especial?
Tinder es una aplicación social que pone a disposición de los usuarios la posibilidad de conocer a gente nueva con quien salir. Se fundó para acabar con las barreras físicas y sociales de las personas de tu entorno.
Esta aplicación encuentra a esa persona anónima y si tú también estás interesado en conocerla te conecta con ella. La aplicación recoge una descripción social del comportamiento de los usuarios a través de Facebook y hace sugerencias sobre que usuarios cercanos debes considerar conocer.
La aplicación funciona de la siguiente manera: una vez enlazada a tu cuenta de Facebook, tú foto principal sale en un círculo en el centro de la pantalla y busca “personas a tu alrededor”. Terminada la búsqueda salen fotos de chicos o de chicas, dependiendo de los intereses y el rango de edad que hayas marcado, con su nombre y su edad. Estas fotos son como cartas, de tal manera que si la deslizas o haces swip (el movimiento que se hace con el dedo en la pantalla) con el dedo hacia la izquierda significa que no te interesa, y si lo deslizas hacia la derecha y la persona que elegiste también lo hace entonces Tinder los declara “compatibles”. Aquí es dónde empieza la fase de chateo, que puede acabar o no en cita, eso ya depende de cada uno. No parece nada del otro mundo, pero su extremada sencillez se ha convertido en su principal característica de éxito.
Historia de Tinder.
Tinder nació de la mano de Hatch Labs, una incubadora de apps financiada por un importante grupo empresarial. Rad Sean, un empresario Web, fue socio de los laboratorios Hatch y estaba buscando un nuevo proyecto cuando a él y a sus co-fundadores, Justin Mateen y Jonathan Badeen, se les ocurrió la idea de Tinder. Aunque su servicio de “citas” fue lanzado de forma experimental a finales de 2012, empezó a registrar crecimiento en Enero del 2013.
“Queríamos resolver un problema importante. Conocer gente es difícil y puede ser agotador. Uno de los grandes problemas es que tú puedes ser el que busque a alguien o el que está siendo buscado, pero alrededor hay muchos factores que pueden hacerte dudar del interés de la otra persona en hablar contigo, en definitiva, mucho ruido” , indico el CEO de Tinder.
Con Tinder, ya sabes si la otra persona está interesada en ti, por lo que se inicia la relación basada en una necesidad de conversación acordada por parte de ambos. Tanto es así, que la aplicación ha obtenido el mismo crecimiento que experimentaron Facebook, Instagram y Twitter en sus primeros momentos.
Expansión sin inversión en marketing.
Con el objetivo de saber el crecimiento orgánico de su App, el equipo de Tinder decidió no invertir en publicidad. Y aunque la herramienta iba ganando usuarios progresivamente, su gran expansión internacional llegó gracias a los deportistas olímpicos de los Juegos de Sochi, quienes la usaron para conocerse entre sí.
Como en otros casos de éxito anteriormente, Tinder no invirtió nada de dinero en marketing para poder comprobar el crecimiento orgánico del producto con el boca a boca. Si la aplicación era buena y novedosa, los usuarios iban a querer compartirla y contárselo a sus amigos. En menos de un año la aplicación se había colocado en las primeras posiciones en los puestos de descarga de la App Store. A principios de 2013, se extendió al mercado Android, y de allí el paso a las descargas fuera de Estados Unidos. La expansión internacional le permitió generar un crecimiento que en febrero del 2014 alcanzaba el millón de usuarios diarios.
En un año, a nivel internacional se han generado más de 600 millones “swip” diarios con el fin de encontrar a la persona cercana más adecuada. En países como Brasil y Reino Unido, se habla de un nivel de viralidad alocado. El atractivo de la aplicación debió de extenderse, porque se dice que durante los primeros 15 días se llegaron a producir, de media, cerca de 1 millón de descargas por minuto.
Parte de este crecimiento internacional surgió a partir de los Juegos Olimpicos de Sochi, cuando la neozelandesa, Rebeca Torr, quiso conocer a la selección jamaicana de bobslead utilizando la aplicación, popularizando así su uso.
Porqué Tinder funciona y no lo hacen otras aplicaciones de citas.
Un target compuesto por gente joven que vive deprisa, una interfaz atractiva y limpia además de un uso muy sencillo han sido las tres características principales que han enganchado a cientos de usuarios
Lo más curioso del caso de Tinder, es que ha conseguido dejar atrás empresas como Match.com que llevan años dedicándose al “dating online”. De todas las aplicaciones que se dedican al negocio de las citas ninguna ha conseguido incorporar en el momento adecuado los tres factores que han dado la fama a Tinder:
En primer lugar su target, gente joven – de entre 20 y 30 años- que vive muy deprisa y no tiene tiempo para pensar como acercarse a esa persona con la que, a priori, no sabe cómo hablar. Hay aplicaciones móviles, como Down que teniendo una tecnología de asociación con Facebook muy similar a la de Tinder, no han sabido emplearla. Down, que fue prohibido inicialmente por la App Store cuando se llamaba “Bang your friend”, accede a la lista de contactos de Facebook y permite indicar con cuáles de ellos estarías dispuesto a tener un encuentro. Si ese contacto tiene descargada la aplicación y también lo está, Down te lo comunica.
En segundo lugar su simpleza. Muchas aplicaciones de citas fallan en esto. Por ejemplo OKcupid, que pertenece al mismo holding que Match.com y que el propio Tinder, realiza una serie de preguntas previas para determinar si tu personalidad se ajustará a la de la persona con la que quieres quedar. Lo mismo ocurre con E-harmony o con How about we. Además la mayoría de ellas se reservan modos de comunicación interna de pago, in-apps, a los que el usuario no puede acceder.
Según el propio Rad Sean, en una entrevista realizada a principios de este año, declaró que “Nunca vamos a cobrar por nuestra oferta básica, pero que en un futuro queremos ofrecer una cuota para acceder a servicios añadidos. Será algo así como un juego en el teléfono donde se tiene el valor central de forma gratuita, pero se pedirá pagar por un “power-up”.
Por último es la tecnología, el swip, lo que ha revolucionado ya a otras aplicaciones. Mallzee, del que ya hablamos en este blog, ha utilizado la técnica del deslizamiento para las compras online. Esta tecnología unida al factor de la geolocalización, han sido determinantes en su éxito.
Lo que está claro es que la tecnología y la sencillez han sido un factor que seguro será utilizado para otros aspectos de la vida. Con un rápido éxito en el mercado de las citas, Tinder está empezando a pensar en la aplicación de su proceso de matchmaking intuitiva para otros mercados verticales.